Requiem por los ahogados de Teguise

2009/02/20

No quería dejar pasar esta semana sin dejar aquí la impresión de mi profunda tristeza por estos hechos. Y no me refiero ya a las muertes en sí, tan tremendamente penosas. Sino al especáculo de un país entero engolfado en el morbo televisivo (el tratamiento del contemporáneo crimen sucedido en Sevilla), en el espectáculo de la corrupción política, el peor casticismo rancio de los que proclaman perseguirla, etc. etc. etc., todo esto mientras la flagrante desproporción informativa ha puesto bien a las claras durante toda una semana lo que valen en realidad las vidas y los cadáveres de los ¿ahogados?, ¿muertos de frío? ¿ambas cosas a la vez? No es que sean unos mierdosos que merecen morir por ser moros o africanos, es que son simplemente irrelevantes para una sociedad horrenda y negacionista capaz de fagocitar todo tipo de holocaustos y memorias. Quién sabe si yo mismo me he fijado más en este caso por tratarse en su mayoría de menores africanos. En fin, descansen en paz. Tengo entendido que tan solo alguna autoridad local canaria ha tenido el detalle de pedir un momento de recogimiento en su anónima memoria. En mitad del panorama general esto le honra. Para el resto de nosotros, gracias. Como alguien ya dijo en ocasión relacionada: gracias, Gobierno de España. Gracias también a los otros gobiernos, a los periódicos planetarios, a los Mengeles del «share», a los fríos sicarios de la gobernanza, a todo tipo de escritorzuelos enfáticos, a las politicastras soberbias, a los concienciados militantes provitalistas, a todos nosotros en nuestra miseria cotidiana, a quienes escandalizamos diariamente a nuestros propios hijos y soltamos a Barrabás una y otra vez. Verdaderamente: las gracias que nos adornan.