Cutting for Stone [Hijos del ancho mundo], de Abraham Verghese

2011/08/08

Cutting for Stone.

Vintage, ISBN 9780375714368.

Hijos del ancho mundo.

Salamandra, ISBN 9788498382600.

«El observador, el viejo archivero, el cronista de acontecimientos, hizo su aparición en aquel taxi. Las manecillas del reloj se volvieron elásticas mientras grababa aquellas sensaciones en la memoria. «Debes recordarlo». Era cuanto tenía, cuanto he tenido en la vida, la única moneda, la única prueba de que estaba vivo». (p. 444, ed. española)

Cutting for Stone es un juego de palabras conceptual que desde el inglés hace referencia a una determinada acción quirúrgica al mismo tiempo que a un apellido de importancia crucial en este relato. Una obra que a la chita callando, de boca a oreja, ha ido teniendo un éxito notable entre un determinado segmento de público, como se va detectando en bibliotecas y librerías. Alguien decidió que, dado que el título original resultaba intraducible en todo su sentido, había que buscarle uno completamente diferente en español: bingo para la demanda literaria de un mundo con cada vez más hijos transcontinentales y biografías ¿vulgares? pero vertiginosas.

Las primeras ideas que me vienen a la cabeza tras concluir la lectura son: 1) vaya dramón; y 2) menuda trabajera literaria y menuda tarea de documentación. Reparo en una crítica de la solapa que remite a Dickens. Desde luego son evocaciones de motivación muy personal: a mí en cambio me recuerda a Stendhal, Camus, tal vez Canetti, los grandes rusos… Resulta arriesgado un pronóstico sobre el veredicto que las Historias de la Literatura darán sobre este largo folletín-cronicón indoetíope escrito en inglés. Entretanto vayamos matizando lo que podamos. Por lo pronto Hijos del ancho mundo es una novela que destaca el papel que el elemento indio ha tenido en la sociedad y la historia etíopes. También es una novela de ambiente muy urbano, centrada  en una Addis Abeba aún muy reconocible, que hará las delicias de los lectores complacidos de El emperador o de Rastros de sándalo. Asímismo es muy probable que guste a médicos, cirujanos y demás personal del mundo sanitario, aunque al mismo tiempo hay que advertir que numerosos pasajes, por su crudeza, podrían indigestarse a personas impresionables en estas cuestiones y poco amigas de relatos a base de «higadillos». Por otra parte y a pesar del entorno exótico, se salpican algunos guiños generacionales que hacen parecer la historia más cercana al lector.

Desde el punto de visto histórico-político la novela tiene defectos que por desgracia propiciarán el extravío de muchos lectores. El mismo Verghese reconoce humildemente su deuda con Kapuściński en cuanto al período imperial de Haile Selassie. El Derg es despachado con descalificaciones simplistas centradas en la personalidad de su dirigente Mengistu Haile Mariam sin tener en cuenta la complejidad de los aspectos étnicos, religiosos, culturales, geopolíticos, etc. que -siempre presentes en la Historia etíope- jugaron un papel fundamental en los acontecimientos de dicho período. El colmo del extravío se puede leer en la pagina 541 (ed. española, Salamandra): «Mengistu Haile Mariam …había adoptado un marxismo de tipo albanés». ¡Afirmación increíble en un personaje ficticio pero central cuyo entorno personal se halla constantemente cerca del poder, surgida por lo demás de la pluma de un antiguo compañero de Facultad de Meles Zenawi! Vamos a ver: el Derg era un régimen prosoviético con influencias de la Cuba castrista, Alemania Oriental, etc. Y en aquella época era precisamente la Liga Marxista-Leninista de Tigray, dentro del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray como principal movimiento guerrillero anti-Derg el que se miraba en el espejo de la Albania de Hoxha. En 1991, al tomar el poder en Addis y con la caída de los regímenes del Este europeo como contexto internacional, los liberadores del FLPT y sus aliados abandonaron oportunamente las referencias albanesas que de un modo u otro habían sido parte de la pesadilla -y no del credo, como se afirma en la novela- de su enemigo Mengistu y partidarios.

Para concluir con este asunto, el argumento se adentra en los años iniciales del siglo XXI sin comentario significativo alguno sobre la evolución política etíope posterior.  Digamos que en comparación con la minuciosidad desplegada en otros aspectos de la novela (las cuestiones médicas, principalmente), este parcheo de la faceta política afea un relato con ambición totalizadora de la vida cotidiana en Addis. En cuanto a la estructura argumental, mi humilde opinión es que la novela decae un poco en el último tercio o cuarto: un argumento hasta entonces vigoroso precipita en un cúmulo de carambolas y giros hacia el cierre. En cualquier caso se trata de una obra muy recomendable para todos aquellos que creemos que solo se puede asumir cabalmente la propia identidad atando cabos de los orígenes (así, en plural). Una honda reflexión sobre el destino y una extraordinaria historia de adopción: quizás ninguna me haya conmovido tanto desde Va, vie et deviens (Vete y vive). Enhorabuena al trabajo de traducción y edición casi impecables, aunque no estarían mal algunas notas para el público no familiarizado con Etiopía.


The kinning of foreigners : transnational adoption in a global perspective

2009/01/30

Kinning of foreigners - Howell 9781845453305

Voy a intentar dar aquí una cuenta cabal de mis impresiones sobre este interesante libro (ISBN 978-1-84545-330-5). Su autora es una antropóloga noruega, y madre adoptiva, llamada Signe Howell.

La obra parte de la realidad diversa de los sistemas de parentesco -tal vez convendría mejor traducir «kinning» por «emparentamiento»- a lo largo de las distintas civilizaciones y situaciones históricas, tal y como ha sido observada por la antropología científica. Dentro de este panorama, el modelo «occidental» en el que crecimos los actuales padres adoptivos estaría en crisis debido a la fuerte incidencia de la infertilidad en los países desarrollados. Este es un punto clave del libro, que establece sin ningún reparo la relación directa entre infertilidad y adopción internacional.

A partir de ahí se recalca la importancia de varios factores históricos que influyen determinantemente en la configuración del actual modelo de adopción internacional de corte europeo-continental y sus procesos de desarrollo:

– La tendencia contemporánea de las sociedades y sus Estados a legislar y regular los asuntos de la infancia, y en particular de la adopción (internacional o no).

– La progresiva influencia, a lo largo del siglo xx, del los poderes sociales y políticos sobre los aspectos más íntimos de la vida privada de las personas, con el consiguiente auge de lo que Howell llama sector de profesionales «psicotecnócratas» (se entiende fundamentalmente psicólogos y trabajadores sociales).

– La preponderancia aplastante e imparable de la cultura de raíz europea a nivel mundial, imponiendo por doquier sus estándares -más o menos nominalmente, de facto o de ambos modos- sobre el tratamiento de la infancia, los derechos de los niños, etc. a través de los tratados, organismos internacionales, las ayudas y el incesante contacto humano.

De tal suerte que, considerado el asunto de manera esquemática, el primer mundo «importaría» niños del otro mundo no desarrollado al que exportaría a su vez sus propios valores y normas.

Howell hace un cumplido repaso de la evolución en cuatro países de origen de los niños: China, India, Rumanía y Etiopía. Estos casos matizan, cada uno con sus rasgos peculiares, el esquematismo del párrafo anterior. En todos ellos es presumible que se vayan presentando síntomas de «nacionalismo» adoptivo, es decir contrario a la adopción internacional. En este sentido, la trayectoria de India, cuidadosamente expuesta por la autora, adquiere tonos proféticos de lo que estos últimos tiempos estamos viendo en China o incluso en la frágil y abrumada Etiopía.

En otro orden de cosas, una información interesante para el lector español es el sorprendente parecido del paisaje adoptivo con el de los países nórdicos, en cuanto a procesos, ECAIs, procedencia de los niños, etc. Las respuestas familiares, los clichés de asimilación (fiestas y trajes tradicionales tipo chulapo madrileño, castellers, sevillanas, etc.) son idénticos, y creo que muchos nos podríamos reconocer en el fondo y en la forma. Noruega, un país de poca población por otra parte, tan solo parece llevarnos unos cuantos años de delantera. Da la impresión general de que Escandinavia, pese a su lejanía, se asimilara más en cuanto a adopción internacional al modelo general de la Europa continental -incluida la mediterránea- que al modelo británico, tal vez más parecido al norteamericano (adopción abierta, desparpajo «comercial», etc.). Las ECAIs noruegas parecen igualmente volcadas a gestionar el contacto con los países de origen de los adoptados y mantener encendida la llamita de las raíces biológicas mediante encuentros y viajes.

En fin, creo que es una lectura muy recomendable. No creo que en el ámbito hispánico -se entiende por ahora- haya nada parecido. Solo por dar voz a la «otra parte» (las posiciones en los países de origen) y tener en cuenta su situación sin esquemas mater/paternalistas, el libro ya merece un elogio. Porque ¿cuántos blogs o webs etíopes o congoleños sobre adopción conoceis? ¿Los teneis enlazados o sindicados, acaso?
Hasta otro estrujamiento de mollera.