Por fin se pudieron enterar que su país, que él pronunciaba de una manera rara -Abilibia-, era Etiopía, también conocida como Abisinia. Contaba tales maravillas de él -prados hermosísimos, ríos caudalosos- que Fermín le preguntó:
-¿Y entonces por qué te has venido a España?
(p. 27) (Espasa-Calpe, 1998)
Provoca una sensación extraña el tener comentar un libro «juvenil» con semejante título en el que se habla en realidad bien poco de Etiopía y con clara tendencia a la caricatura. Y es que las buenas intenciones, así a pelo y puestas en altavoz, no necesariamente hacen balance a favor de los reinos, imperios y repúblicas de este mundo africano.
El contraviaje migratorio, elemento argumental que luego aparecería en Binta y la gran idea, es interesante y estimulante. Pero el tono del libro tiende al paternalismo y el etnocentrismo. En fin, que nadie interesado por Etiopía se confunda, por favor. Un poco churro, la verdad. Por nuestra parte nosotros seguimos nuestro camino, el de don Antonio Machado preferentemente.